By En septiembre, un grupo de 26 fiscales generales de Estados Unidos se unió para enviar una carta a Pornhub, la popular plataforma de contenido para adultos, expresando su preocupación por una supuesta "laguna jurídica" que podría facilitar la carga de pornografía infantil. Esta “laguna jurídica”, escribió DeVille, era en realidad simplemente “pornografía sin rostro, un género en el que los artistas sólo se ven debajo del cuello, de modo que se ven sus cuerpos adultos pero no sus cabezas. Los fiscales generales afirman que PornHub obliga a estas estrellas a subir identificaciones con fotografía para verificar sus edades, pero como no tienen que incluir sus rostros en los videos, esta 'laguna jurídica' podría llevar a que se carguen contenidos protagonizados por menores”. A pesar de las buenas intenciones de proteger a los niños de posibles abusos, este enfoque plantea preocupaciones significativas y puede tener consecuencias no deseadas en la industria del porno y en la libertad de expresión.
La carta de los fiscales generales se basa en una premisa errónea: que Pornhub obtiene gran parte de sus ganancias de los videos sin rostro. Sin embargo, esto no es cierto. Aunque estos videos son populares en su propia categoría, no representan la corriente principal del contenido en la plataforma. Los videos más vistos en Pornhub generalmente muestran los rostros de los artistas, lo que demuestra que el argumento de que Pornhub depende de la pornografía sin rostro es exagerado.
Además, Pornhub ha mantenido una política de verificación de edad rigurosa, incluso para el contenido gratuito. Cualquier artista, sin importar si muestra su rostro o no, debe cargar una identificación y verificar su edad antes de que su video sea publicado en la plataforma. Esta verificación de edad es crucial para garantizar que no se publique contenido con menores de edad. En este sentido, la preocupación de los fiscales generales parece ser infundada.
Otro punto importante a considerar es que la carta de los fiscales generales plantea preocupaciones legítimas sobre la Primera Enmienda. Los artistas en la industria del porno no ocultan sus rostros para cometer crímenes, sino que lo hacen por razones artísticas y de privacidad. Al igual que algunos músicos y streamers usan máscaras o se mantienen en el anonimato, los artistas adultos tienen el derecho de tomar decisiones artísticas sobre cómo desean presentarse en sus videos. Compararlos con los músicos que usan máscaras como Daft Punk o DeadMaus es un recordatorio de la importancia de respetar la libertad de expresión de los adultos.
Si bien es difícil conocer las verdaderas motivaciones detrás de la carta de los fiscales generales, su campaña parece estar alineada con una agenda más amplia para restringir la industria del porno. Esto podría tener graves consecuencias para los artistas que dependen de esta forma de entretenimiento para sus ingresos. Si se prohíbe o se presiona a los creadores sin rostro para que revelen sus identidades, podrían perder su principal fuente de ingresos. Esto no solo afectaría a los artistas, sino también a la industria en su conjunto.
La lucha contra la pornografía infantil es una causa noble y necesaria, pero los esfuerzos deben centrarse en perseguir a los delincuentes reales que crean contenido ilegal que abusa de menores. Es importante recordar que otras plataformas en línea también enfrentan problemas relacionados con la pornografía infantil, y estas preocupaciones deben ser abordadas de manera integral en todo el ecosistema digital. En lugar de concentrarse en un solo actor, los esfuerzos deberían dirigirse hacia la protección de los niños en Internet en su conjunto.
Una estrategia efectiva podría incluir la implementación de controles parentales y restricciones de edad en dispositivos y aplicaciones para garantizar que los niños no tengan acceso a contenido inapropiado. Además, es esencial promover una educación digital que empodere a los jóvenes para tomar decisiones seguras en línea. En lugar de poner la mira en una plataforma en particular, se debe abordar el problema de manera holística y garantizar que los adultos puedan acceder a contenido legal para adultos sin comprometer la privacidad y la libertad de expresión.
En última instancia, la preocupación de los fiscales generales sobre la pornografía sin rostro puede ser un caso de malentendido y mala interpretación de cómo funciona la industria del porno y la verificación de edad en plataformas como Pornhub. La industria del porno, como cualquier otra, debe ser regulada y monitoreada para prevenir el abuso y proteger a los menores. Sin embargo, la respuesta no debería ser la restricción excesiva que dañe la libertad de expresión y la privacidad de los adultos.
En lugar de criminalizar un género específico de contenido para adultos, es fundamental abordar los problemas reales de pornografía infantil de manera más amplia y efectiva. Esto implica un enfoque equilibrado que respete los derechos de los adultos y proteja a los menores, sin dañar innecesariamente a la industria del porno. La protección de los niños en línea es una preocupación compartida, pero la solución debe ser cuidadosamente diseñada para no socavar las libertades y los derechos de los adultos.
